Japón es un país maravilloso, en eso estamos todos de acuerdo, pero para las mujeres es un auténtico peligro. Y sino que se lo digan a esta pobre chica que está viajando en autobús cuando un indeseable se acerca y se frota la polla contra ella. Nadie la ayuda y lo único que puede hacer es intentar mirar para otro lado mientras sigue presionándola para que se la toque e incluso se la chupe. La pobre chica acaba cediendo y piensa que lo mejor que puede hacer en esa situación es que el hombre se corra y que la deje en paz lo antes posible, porque vete a saber si no querrá follarla al final si no se satisface rápido.
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